jueves, 30 de agosto de 2012

CARTAS CRUZADAS. Markus Zusak


La anterior novela de Markus Zusak, La ladrona de libros me encantó, hace unos meses me topé con Cartas cruzadas del mismo joven autor australiano, leí la sinopsis del argumento y enseguida decidí adquirirlo y leerlo.  Efectivamente, no me ha decepcionado.

Estamos ante una bonita historia que nos lleva a conocer a Ed Kennedy, un joven taxista que lleva una vida normal y corriente, sin ambiciones, hasta que involuntariamente se ve envuelto en un juego sorprendente que hará  dar un giro a su existencia. Ed se convierte en una especie de quijote, aunque eso sí,  menos voluntarioso y más mediocre que nuestro héroe nacional.

Los personajes que aparecen en la novela representan a seres vulgares, con sus virtudes  y sus muchos defectos, pero humanos a fin de cuentas que es lo importante, y como tales humanos, dignos de mejorar y crecer como personas.

El mensaje de la novela es que es fundamental tomar las riendas de lo único que poseemos, nuestra propia existencia y actuar ante las injusticias que nos rodean y que a veces ni siquiera vemos porque no nos fijamos, porque pasamos de puntillas ante lo que pasa en nuestro entorno.  Hay que escarbar para encontrar y solucionar problemas.

Cartas cruzadas  nos transmite la idea de que seremos más felices si nos implicamos en ayudar a los demás, de que la solidaridad y el compromiso nos hace definirnos y perfeccionarnos como personas ante los ojos de los demás, pero sobre todo ante nuestros propios ojos.

Es de destacar el estilo narrativo ágil, conciso y directo; el protagonista de la novela se dirige al lector en primera persona lo que propicia una cierta cercanía entre ambos.

En fin, me ha gustado y me ha entretenido esta sencilla historia. Incluso en ciertos pasajes, (como por ejemplo el caso de Marv y su secreto más íntimo y personal)  ha conseguido emocionarme, lo que por otra parte no es tan difícil.

 

jueves, 23 de agosto de 2012

LOS INVITADOS DE LA PRINCESA. Fernando Savater


Como declara el autor en la dedicatoria, esta obra pretende ser un  ingenuo homenaje a Boccaccio, Chaucer… y Jean Ray.   Efectivamente esta novela, imitando la estructura del Decamerón de Boccaccio, Los cuentos de Canterbury de Chaucer,  y Los últimos cuentos de Canterbury de Jean Ray, está compuesta por siete narraciones independientes que solo tienen en común el marco en el que se narran, en este caso un congreso internacional sobre la cultura en la isla de Santa Clara.

Durante la semana que dura la concentración, los protagonistas y a su vez autoridades del mundo de la cultura se encuentran atrapados en la isla como consecuencia de la erupción de un volcán que impide el tránsito aéreo.  Los hechos ocurridos solo son la plataforma base para el desarrollo de las historias narradas, que son:

Como una cabra: un escritor se escapa a una isla perdida para poder escribir su novela

Cerrado por defunción: sobre la muerte misteriosa de un rico empresario en su despacho y los intentos de la policía por resolver el caso y encontrar al supuesto asesino.

Examen de selectividad: sobre las difíciles relaciones de una profesora en su papel de madre con su hija adolescente enganchada a las nuevas tecnologías.

Purasangre: se exponen los infructuosos intentos de un maduro experto en carreras de caballos por  conquistar el amor de una joven.

Plan de vuelo: se cuenta la relación de un viejo profesor y un alumno árabe que secuestra un avión en pleno vuelo.

La cacería del ciempiés: un escritor de historias de terror cuenta su relación con una sirvienta cuando era un niño de doce años y cómo esa experiencia lo marcó.

Turno de noche: una policía intima con el narrador y le cuenta un caso de un traficante de arte  en un entorno muy turbio y violento.

Con el epílogo se cierra la novela y las peripecias del periodista que sirve de hilo de conductor a la obra.

A lo largo de esta entretenida novela Fernando Savater va dejando constancia de sus valiosas opiniones sobre muy diversos temas de actualidad como pueden ser el papel de la filosofía, la ética y su esencia, el terrorismo, la decadencia de la educación y sus valores, el patriotismo lingüístico, la importancia de la lectura, la atracción fatal de las nuevas tecnologías, las relaciones entre padres e hijos o entre distintas generaciones,  la descarada y ciega sumisión al poder, la bajeza de muchos “semiprofesionales” si se dan las circunstancias adecuadas, etc.

Y para finalizar unos párrafos significativos extraídos de la obra:

Supongo que el principal problema  de la educación actual es que a los educandos les falta la humildad de reconocer que unos no saben y otros si, paso previo para aceptar lecciones […] cunde la disparatada convicción de que todas las opiniones son igualmente válidas y que los ignorantes pueden enorgullecerse de su ignorancia con igual derecho que los sabios de su sabiduría […] El asno se sacude las tradicionales alforjas y así se convence de que ya no es un burro, sino un corcel salvaje de las grandes praderas.

El fundamento de la ética es la compasión por todos los seres capaces de padecer dolor.

El ejercicio crítico de la razón parte de la duda y suele volver a desembocar en ella.

La vejez es fundamentalmente soledad.

Lo que nos corrompe políticamente no es la pasión de mandar sino el afán de obedecer.

Novela muy amena y entretenida, una buena lectura para los largos días del verano con el añadido de propiciar la reflexión sobre ciertos aspectos de la naturaleza humana.  Recomendable.


martes, 7 de agosto de 2012

LAS OLAS. Virgina Woolf



Elegí esta lectura porque el prestigioso escritor turco Orhan Pamuk en El novelista ingenuo y sentimental hablaba de ella como una de las grandes obras maestras de la literatura universal, novela que marcó un antes y un después junto con La montaña mágica de Thomas Mann. Con esa autorizada referencia en cuanto he tenido ocasión la he leído.

La contraportada de la edición de la novela de Virginia Woolf que encontré, corrobora la afirmación del escritor y premio nobel de literatura, en ella se dice: “Desde 1931, año de su publicación, “Las olas”, ha sido considerada una de las obras capitales del presente siglo, tanto por la original belleza de su prosa como por la perfección de su revolucionaria técnica, y, con el paso de los años, su influencia sobre la literatura contemporánea ha ido acrecentándose”.

Se trata de una narración de estilo poético plagada de imágenes, símiles y metáforas que hacen de ella una obra de difícil lectura para los lectores no suficientemente entrenados en estos recursos literarios; por lo tanto no es aconsejable para lectores  jóvenes o principiantes. No hay acción ni casi interacción real entre los personajes sino que todo el contenido se basa en una serie de monólogos interiores, soliloquios, pensamientos, recuerdos que hacen rememorar emociones y despertares de la conciencia de lo vivido.  Es como una vuelta al “irreal mundo ido”.

Es una mirada introspectiva de seis amigos cuyas vidas se han desarrollado de forma  entrelazada y a la vez individualizada. La novela nos presenta la historia interior, los entresijos del pensamiento de estos amigos desde la infancia hasta la vejez o, en algunos casos hasta la muerte.  

En estrecha relación con el original argumento encontramos unas pormenorizadas descripciones poéticas que nos van marcando el transcurso del tiempo  a lo largo de un solo día, desde el amanecer al anochecer (con los consiguientes cambios de luz y su influencia sobre las cosas). Es como dos relatos en uno, pero que guardan un extraordinario paralelismo.

Las olas van y vienen en un continuo movimiento rítmico, cansino, permanente, imparable, perpetuo como el paso del tiempo que no se detiene jamás, la eterna renovación. La vida como la luz solar también es principio y final, nacimiento y muerte, luz y oscuridad, amanecer y anochecer, alba y ocaso. El sol que nace y que desaparece en el horizonte una y otra vez, el vaivén de las olas chocando con la arena una y otra vez, la vida naciendo y muriendo una y otra vez sin descanso, eternamente.

En un determinado pasaje del libro la autora declara a través de uno de sus personajes,  lo siguiente sobre ésta, su novela: Toda frase que extraigo, terminada y entera, de esta caldera es solamente una fila se seis pececillos [los seis personajes] que se han dejado pescar mientras millones de peces saltan y murmuran haciendo burbujear la caldera como plata hirviendo, y se escapan por entre mis dedos.  O en otro momento exclama: ¡Cuán rápido va el torrente de enero a diciembre! Vivimos arrastrados por la corriente de esas cosas que nos han llegado a ser tan familiares que carecen de sombra. Flotamos, flotamos…