martes, 29 de octubre de 2013

EL GRUPO DE LECTURA. Elizabeth Noble


Título: EL GRUPO DE LECTURA
Autor: Elizabeth Noble
Traducción: Camila Batlles
Editorial: Roca
Fecha: 2005
Páginas: 573
ISBN 84-96284-73-5

El grupo de lectura es la primera novela de la autora británica Elizabeth Noble, fue publicada en 2005 y nos cuenta la historia de cinco mujeres de mediana edad, de clase media alta en la sociedad londinense de la época actual. Todas conforman un club de lectura que se reúne una vez al mes para comentar un libro que han elegido y leído previamente. Sin embargo a lo largo de las páginas el lector va apreciando que lo de menos es la lectura elegida sino que la autora se centra en contarnos la vida de cada una de las protagonistas, sus relaciones personales y familiares, sus opiniones y  sus diferentes enfoques para afrontar los problemas cotidianos.
El libro, a pesar de sus 573 páginas, resulta ameno y de fácil lectura, gracias sobre todo al predominio del diálogo sobre las descripciones, que brillan por su ausencia, y gracias al uso de un vocabulario básico, sencillo y cercano, sin ninguna pretensión estilística elaborada. No llega a ser  literatura de alto nivel, entraría más bien en la categoría de entretenimiento, sin ningún interés desde el punto de vista literario.
Si bien al principio la obra despertó mi curiosidad, conforme avanzaba en su lectura la decepción ha ido en aumento. En realidad fue el título lo que en un primer momento llamó mi atención, pero mis expectativas no se han cumplido.  Esperaba encontrar una historia donde el argumento girara en torno a un club de lectura, a su funcionamiento, a su interés y me he topado con una novela donde la existencia del club sólo es el medio, el eje que estructura la novela y a través del cual la autora nos acerca a los personajes, por otro lado, anodinos y totalmente convencionales.
En El grupo de lectura encontramos muchos temas, pero si nos fijamos detenidamente observamos que todos giran en torno a lo que la autora presupone que interesa a las lectoras, porque el libro parece estar pensado para un público femenino: la maternidad, las relaciones de pareja, el aborto, el embarazo en las adolescentes, el cuidado de nuestros mayores…, “temas muy femeninos” dirán muchas lectoras, pero en mi opinión éste es precisamente uno de los defectos de la obra: los temas están tratados desde un punto de vista unilateral como si sólo existiera un modelo válido de mujer, como si todas las mujeres fuéramos iguales y pensáramos igual, nada más lejos de la realidad.
A su favor hay que decir que esta recopilación de vivencias de mujeres en algunos momentos consigue la identificación de las lectoras con los sentimientos y emociones referidos en sus páginas, sin embargo no pasa de ser una más de tantas novelas plagadas de convencionalismos.
Bajo una apariencia de sencillez y naturalidad subyace un peligroso mensaje subliminal cargado de tópicos y estereotipos machistas tales como que la felicidad de una mujer va unida irremediablemente a la maternidad  (caso de Clare, que se ve obligada a alejarse de su entorno para buscar a los “hijos” que no puede tener), o como que a todas las mujeres les encanta ir de compras, o como que si abortas o llevas a tu madre a una residencia de ancianos después tendrás que expiar tu pecado con remordimientos que no te dejarán en paz, o como que es de vital importancia el orden o desorden de la casa (Nicole - Harriet) comparándose unas a otras continuamente y en una especie de rivalidad perjudicial, “qué guapa”, “qué delgada”, “qué suerte con ese marido tan perfecto”.
Y ya para rematar la faena, en la páginas finales de la novela aparece un diálogo desafortunado que acaba por completo con la posible consideración positiva que pudiera tener sobre la novela en general y su autora. Una de las protagonistas dice, en un intento por hacer una gracia:
-         ¿Es que nos estamos convirtiendo en un grupo de lectura feminista? Porque en tal caso, quiero dejar constancia de que a mí me gustan los hombres. Casi todos. Algunos más que otros, lo confieso, pero en principio estoy a favor de ellos.
-         Yo también. Y no pienso afeitarme la cabeza, lucir monos de trabajo y citar a Germaine Greer.
Si esta teoría hubiese estado refutada por otro personaje, estaría bien, pero la autora deja ese mensaje injusto e ignorante en el aire, así, sin rechazar, lo que da una idea de su propio concepto totalmente errado de lo que significa el movimiento feminista.
¡Nada más lejos del feminismo que esta novela conservadora y reaccionaria!
Por todo lo expuesto concluyo con la no recomendación de esta novela que aun siendo ligera y entretenida  también es superficial en el tratamiento de los temas y los personajes. Es una lectura de las que se olvidan en cuanto se depositan en la estantería. No profundiza, no remueve conciencias, no revoluciona los pensamientos, no incita a la reflexión, no hay confrontación de ideas, es decir carece de todo lo que hace que una lectura sea de calidad y valga la pena.

miércoles, 23 de octubre de 2013

GLORIETA DE LOS LOTOS. Eduardo Jordá


Título: GLORIETA DE LOS LOTOS
Autor: Eduardo Jordá
Editorial: Espuela de plata
Fecha: 2004
Páginas: 213
 
Glorieta de los lotos es una recopilación de artículos periodísticos que Eduardo Jordá publicó en la prensa entre los años 1999 y 2003. La obra está estructurada en dos partes: En tránsito, que agrupa los artículos aparecidos en el Diario de Sevilla, ciudad donde  reside y El reino del Cormorán, donde se recogen los escritos publicados en el Diario de Mallorca, su lugar de nacimiento.
Eduardo Jordá nos ofrece en esta colección de reflexiones que configuran la obra, su visión personal sobre temas como el canto a la Naturaleza, la diversidad cultural de Andalucía, sus rincones y sus gentes, el valor de lo esencial de la vida, la dignidad de los personas, el arte y su aportación al enriquecimiento del ser humano, el peligro del nacionalismo, las banderas y su simbolismo, el paso inexorable del tiempo, la invisibilidad de muchas mujeres que dedican su tiempo vital a los demás…Y además deambulan por sus páginas algunos personajes que han llamado, de alguna manera, la atención del autor como Cela, Charo, su primera mujer, Chéjov, Gerald Brenan,  Silvio, Luis Claramunt, Chaves Nogales... Todo ello enriquecido con anécdotas y curiosidades que hacen que la lectura resulte amena y agradable.
Es importante resaltar una sutil actitud crítica a los tópicos y prejuicios, a la falta de perspectiva de las masas, a la visible degradación medioambiental en pro del desarrollo capitalista, al comportamiento gregario de ciertos sectores de la sociedad sevillana, aunque perfectamente aplicable a otros lugares de Andalucía.
Cada uno de los artículos que conforman la obra constituye en sí un breve y completo relato, una reflexión filosófica, un análisis de la realidad a través de la mirada poética de una persona culta, con claros dotes para el ejercicio de la escritura. Y es que en Glorieta de los lotos nos encontramos con una prosa sencilla y clara pero a la vez elegante, cargada de simbolismo y de expresividad, que es más propia de la poesía que del periodismo. El estilo está caracterizado por un lenguaje nítido, pero rico en matices, adornado  con la belleza de metáforas y figuras literarias, y salpicado de vez en cuando con frases ingeniosas e irónicas.
Una obra recomendable para lectores sensibles, susceptibles de ser cautivados por la belleza de la expresión escrita que además, incita a detenerse y mirar despacio y  con otros ojos la realidad que nos rodea.

“Nada ha cambiado demasiado en la vida de los hombres, a pesar de los cambios de costumbres y hábitos, a pesar de las nuevas modas, porque la noche estrellada es la misma, y la luz del sol es la misma, y el canto del cuco es el mismo, por mucho que la gente ya no repare en ninguna de estas cosas”.

Extracto de la página 198, del texto Examen de conciencia:
Y aquí están las cosas de las que me siento orgulloso. No haber estrechado la mano de ningún político en los últimos quince años. No haber llegado a ser lo bastante importante como para despertar el odio ni el temor de nadie, ni haber llegado a ser lo bastante poderoso como para que nadie me adule ni me ría las gracias. No haberme comportado nunca como un criminal disparando con una escopeta de caza contra un animal indefenso. Haber aprendido a jugar con los niños […] No haber conducido nunca una moto acuática ni haber participado en un rally a través del desierto del Sáhara (ni de ningún otro desierto, si a eso vamos). Ser enemigo de toda clase de nacionalismos. Haber descubierto que la poesía es la más alta expresión del lenguaje humano. Seguir siendo amigo de mis amigos de hace veinte años, y haber logrado ser amigo de personas que poseen ideas políticas diferentes de las mías. Y no deberle ningún favor a ningún político, sea del partido que sea.