Cuenta la vida de un escritor
británico del siglo XIX a través de
diferentes voces: su madre, su padre, su amante, su esposa y él mismo. La
novela está estructurada en cinco capítulos y en cada uno de ellos uno de estos
personajes habla en primera persona de su vida en relación con la de Thomas de
Quincey y así al final conseguimos tener un retrato del protagonista desde
diferentes puntos de vista, incluido el suyo.
El protagonista ya es un misterio
en sí mismo, poco a poco vamos conociendo las circunstancias en que se
desenvuelve, que es adicto al opio, que está perseguido por los acreedores que le
acosan sin tregua, que su vida estuvo plagada de muertes tempranas y cercanas
que le marcaron para siempre…
El comienzo me ha parecido muy
bueno pues el ambiente está muy bien conseguido y se crea una atmósfera de misterio
y curiosidad por ese niño tan extraño, en unas circunstancias tan peculiares, que te atrapa y capta el interés
del lector desde las primeras páginas; sin embargo el final me ha decepcionado
un poco, pues apenas hay novedad, es un final plano, continuo.
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