martes, 23 de octubre de 2012

ARRUGAS. Paco Roca


Arrugas es una maravillosa novela gráfica. Me ha sorprendido muy gratamente cómo en tan pocas páginas y con tan pocas palabras se puede transmitir tanta información y tantos sentimientos.

Paco Roca nos cuenta en este novedoso cómic la historia de Emilio, más concretamente la evolución imparable de su enfermedad desde los primeros síntomas hasta la fase más avanzada del Alzheimer, pasando por todas las etapas: rechazo, reacción, rebeldía,  sometimiento… 

Pero la historia de Emilio está acompañada de otras historias secundarias, cada una de ellas con sus propias peculiaridades, con su propio drama, con sus propios protagonistas. El más destacado es el sorprendente y rebelde Miguel, inseparable amigo del protagonista, pero también está Dolores cuya vida está totalmente dedicada a su marido Modesto, o Antonia cuya manía es acumular cosas insignificantes para dárselas a su nieto, o la señora Sol obsesionada con llamar por teléfono a sus hijos… En fin todo un repertorio de vidas acosadas por la demencia senil.

Este libro me ha parecido una pequeña joya literaria y además me ha llegado al alma, me ha emocionado pero también me ha hecho sonreir y comprender un poquito mejor el día a día de esa enfermedad llamada Alzheimer.

El autor consigue acercarnos a la dura realidad de la vejez y la dependencia, un tema delicado pero que aquí aparece  contado con el máximo respeto, mucha ternura y  geniales toques de humor. Se ha logrado con maestría un equilibrio entre lo cómico y lo trágico de la historia.

La lectura de Arrugas me ha despertado la curiosidad por conocer otras obras en este formato de novela gráfica y además ahora tengo pendiente  ver la adaptación cinematográfica que ha sido ganadora del Goya por la mejor película de animación este año.

Este es el enlace al tráiler en youtube


 
Bueno pues ya he vista la película y también me ha gustado mucho, pero como casi siempre me quedo con el libro, es más conciso e impactante.

 

 

 

 

martes, 16 de octubre de 2012

CONTIGO APRENDÍ. Silvia Grijalba


Según la autora esta novela está basada en la historia real de su propia abuela, aunque ha sido  recompuesta y moldeada de forma ficticia para hacerla más atractiva y adaptarla a las características propias del género novelístico.

Contigo aprendí está ambientada en la década de los años treinta y la crisis económica surgida del crac del 29 en EEUU. Se desarrolla en tres entornos muy diferentes entre sí, España y su ambiente provinciano, Cuba y su riqueza sensual y Nueva York y su modernidad.

Es una novela básicamente de amor, pero también de superación personal. Efectivamente no hay nada novedoso en el argumento que gira en torno a un triángulo amoroso y a un dilema muy manido en la historia de la literatura: el matrimonio por amor frente al matrimonio de conveniencia.

Lo primero que me llama la atención es la personalidad de la protagonista, al principio aparece como una mujer consentida, frívola, superficial, solo pendiente de la moda y las apariencias; y al final de la novela esa mujer ya es otra, libre, segura de sí misma, valiente y también más humana. Quizás ese cambio se deba a lo que Mª Luisa, que así se llama la protagonista, ha aprendido por el camino al lado de personajes tan carismáticos como José, hecho que por otro lado daría título a la novela. Sin embargo ese cambio hacia la madurez me ha parecido demasiado forzado, pues tiene lugar en muy poco tiempo y me resulta poco o nada creíble. En fin yo veo como dos mujeres distintas en un solo personaje.

Pero es que el caso de José es parecido, al principio se nos muestra a un hombre rico, ambicioso, que consigue todo lo que desea y al final descubrimos a un buen hombre, leal, honesto, generoso con todos, sin dobleces, de alma noble y que se hace querer.

Solo el culto y refinado Fernando se mantiene en su papel desde el principio hasta el final de la novela. Es un donjuán, un conquistador sin escrúpulos que sabe manejar sus encantos con las mujeres y que paga su precio por ello.

De todas maneras creo que la autora describe bien a la protagonista central, consigue mostrar claramente su lucha psicológica interior, su pensamiento contradictorio e inseguro, sus dudas, su debate interior que al final la lleva a tomar la decisión más arriesgada pero también la que más beneficios acaba proporcionándole, es así como consigue liberarse de los demás, ser ella misma.

En cuanto al estilo hay que decir que la autora cuenta solo lo que interesa, que va al grano, lo que provoca  saltos aleatorios en el tiempo, nos muestra una escena y en el capítulo siguiente ya hemos avanzado en el tiempo y aparece otra situación y otro contexto,  por poner un ejemplo,  asistimos a la presentación del novio a la familia, pero nos saltamos la boda, y poco después, se nos cuenta  la noche de luna de miel en el Ritz. Este recurso narrativo es muy positivo pues provoca rapidez y agilidad a la historia, la autora no se detiene en detalles ajenos a lo esencial, solo nos muestra lo relevante y ello da brío y fluidez a la obra.

El lenguaje es muy sencillo y coloquial lo que supone otro aspecto más en favor de la  ligereza y superficialidad de la narración.

En mi opinión lo positivo de esta obra es precisamente eso, su sencillez y su ritmo ágil lo que la convierte en una novela de muy fácil lectura, pero por otro lado también he de decir que me parece una novela más, del montón, de las que abundan en el mercado editorial, que carece de originalidad, de sorpresa, de arte literario, que su lectura no me aporta nada nuevo, que dentro de unos días la habré olvidado y no me dejará ninguna huella.

La considero recomendable solo como pasatiempo, como entretenimiento pero que no supera  el listón de los lectores más críticos, de  los que buscan en la literatura algo más que una simple historia de amor, de los  que consideran la literatura como un arte en sí mismo.

 

 

viernes, 5 de octubre de 2012


DIEZ CONSEJOS INFALIBLES PARA QUE LOS NIÑOS ODIEN LOS LIBROS

Extraído de “Guía práctica para hacer hijos lectores” de Joan Carles Girbés

 
1.   Cuando empiecen a leer en voz alta, interrúmpelos constantemente para marcarles sus errores. A ti también se te quitarían las ganas de seguir leyendo.

2. Oblígales a leer. Nada más eficiente que una simple palabra, “lee”, para conseguir el efecto contrario.

3. Menosprecia sus gustos y no respetes su criterio. ¿Qué es mejor, que lean lo que les gusta o que no lean?

4. Imponles lecturas. Esa novela que tanto te gustó a su edad no tiene por qué ser de su agrado.

5. Pídeles que te hagan un resumen. No dejes que asocien los libros con los deberes.

6. Controla todo lo que leen. Interesarse no significa examinarlos e interrogarlos.

7. Recuérdales los beneficios de leer. “Los niños que leen sacan mejores notas, como tu amigo”… y el chaval perdió las ganas de leer y tomó manía al amigo.

8. Relaciona los libros sólo con los deberes. Un libro no ha de ser solo un instrumento para aprender cosas.

9. Castígalos sin tele por no leer. Convirtamos la tele en nuestro aliado: ¿cuántas películas infantiles se basan en libros?

10.    Exígeles lecturas inadecuadas. No por ser bueno y correcto es adecuado a su edad o estado madurativo.

Sobre la lectura y la superficialidad


A continuación expongo unas palabras extraídas de un interesante artículo firmado por Ángel  García Galiano titulado Elogio de la lectura” refiriéndose a la falsedad y superficialidad del mundo en que vivimos y al peligro de caer bajo la influencia de una especie de “pseudocultura “ vana e inútil.
"La neocultura  posmoderna no predica aprehender, reposar, meditar y asumir lo leído para vivir más hondo, más humano y más feliz, sino que, muy contrariamente, consiste en hablar de, esto es, estar a la última, presumir en las reuniones, citar a todos los autores de la lista de ventas, caer, en definitiva, en la más triste de las ignorancias, la pedantería. El neoculto, también llamado papanatas, confunde al buen escritor con el escritor de éxito, la sabiduría con la publicidad, la belleza con la moda, el arte literario con la venta de libros y la calidad literaria con las veces que el autor sale en los programas de la tele…

El que, en cambio, lee por el mero prurito de querer estar a la última se parece a ese otro que en un viaje fascinante, por ejemplo a las pirámides del Nilo, en vez de contemplar el maravilloso espectáculo que se despliega ante sus ojos, se afana en la tienda de recuerdos comprando postales y piramiditas para presumir de haber estado allí. Es el que viaja no para haber ido, sino para contarlo. Ahí se cifra, precisamente, la diferencia entre el viajero  y el turista; el primero viaja siempre hacia uno mismo, mar adentro, va para ir, para enriquecerse espiritualmente; el turista, en cambio, es el que va para volver, para envanecerse con el cuento de las presuntas maravillas que, juraríamos, se ha perdido, afanado en la tienda de los souvenires, regateando una figurilla con el mercachifle de turno.

También en el viaje de la literatura se dan las dos categorías, turistas y viajeros. Seamos de estos últimos. Acudamos al libro como un encuentro

amigable de deleite sin prisas. No se trata de leer por leer, de pasar páginas y de llegar a la última […]  se trata de que la aventura sea fructífera y enriquecedora […] porque la lectura es el viaje más hermoso…"