Título: AFTER DARK
Autor: Haruki Murakami
Traducción del japonés: Lourdes Porta
Editorial: Tusquets
Colección: Andanzas; 670
Fecha: 2008 (2004)
Páginas: 248
ISBN 978-84-8383-101-4
After Dark es el cuarto libro que leo de Murakami,
después de Tokio Blues, De qué hablo cuando hablo de correr y La biblioteca secreta. Y en todos ellos
he observado unas cuantas características comunes, como por ejemplo el ambiente
enigmático en que se envuelve la historia, que los personajes principales
suelen ser jóvenes solitarios que se debaten internamente con sus miedos y sus
frustraciones o que las barreras entre la realidad y la ficción no están
demasiado claras.
En
esta novela encontramos a Mari que ha decidido pasar la noche fuera de casa,
sin dormir. Se encuentra casualmente con Takahashi, un joven músico que la
reconoce y ambos comienzan a hablar, primero de la hermana de Mari, Eri Asai y
después de ellos mismos. Alrededor de este encuentro surgen otras historias protagonizadas
por personajes que viven la noche, como la de una joven prostituta china que ha
sido agredida en un hotel dedicado a contactos sexuales, la de Shirakawa, el
agresor, la de Kaoru, la encargada de dicho hotel o la de otra chica que
trabaja allí.
Sin
embargo es la historia que gira en torno a Eri la que dota a la obra del
misterio y el surrealismo que la caracterizan. La chica duerme plácidamente en
su dormitorio pero nosotros los lectores, de la mano del narrador, nos
introducimos en su cuarto y somos testigos de unos hechos extraños que van
ocurriendo, como la presencia de un hombre que la observa a través de una
pantalla de televisión, o incluso la transmigración del cuerpo de un lado a
otro de dicha pantalla.
La
novela sumerge al lector en la vida nocturna de una gran ciudad como Tokio y durante
una única noche. Comienza cuando ya ha oscurecido y acaba con las primeras
luces del día. Cada capítulo está precedido por el dibujo de un reloj que marca
la hora exacta en la que acontecen los hechos y que va avanzando conforme
avanza la historia. Puebla la novela un abanico de personajes que se mueven
bajo el manto de la noche, unos por voluntad propia, otros por trabajo, otros
por necesidad, pero todos, excepto Mari, son asiduos del ambiente nocturno,
personajes solitarios que buscan el anonimato, músicos que aprovechan las horas
de ocio para ensayar, marginados o que se esconden de alguien o de algo y por
supuesto aparece la prostitución, la mafia o la violencia gratuita.
Por
otro lado es importante destacar la presencia de otras formas artísticas que
contextualizan la historia, como el cine o la pintura, pero sobre todo la música.
Ya el título procede de Five Spot After
Dark, una composición musical interpretada por Curtis Fuller a la que se
hace referencia en la novela. Y es que la obra tiene su propia banda sonora
pues cada escena a la que asistimos está enmarcada por una pieza musical
concreta o en algunos casos por el silencio más absoluto, el cual no deja de
ser parte esencial del arte de la música.
Quizás
lo que me ha resultado más novedoso y llamativo sea el enfoque de la novela, el
punto de vista desde el que vamos adentrándonos en la trama. Y es que el narrador actúa como
cámara cinematográfica que pone el foco de luz en unos cuantos lugares y
personajes, nos cuenta como si viéramos a través de una cámara que va filmando
todo, acercando y alejando el objetivo para recorrer diferentes planos de la
realidad. Lo mismo nos acerca con un primerísimo plano a observar el más leve
movimiento del labio de Eri que nos aleja para ver la ciudad iluminada desde el
cielo.
Otro
aspecto a destacar es que la voz narradora habla en presente y en plural. El
narrador nos incluye a nosotros, los lectores, como acompañantes en este viaje explorador de la
noche.
Nosotros
no somos más que una mirada. No podemos, bajo ningún concepto, inmiscuirnos (pág. 189)
Es
After Dark una novela enigmática, llena
de simbolismo y dudas sin resolver. Los espejos continúan reflejando una imagen
ya desaparecida, somos testigos de la existencia de dos lados de una pantalla,
el aquí y el más allá, la vigilia y el sueño. ¿Hay realmente una frontera
nítida entre el mundo real y el ficticio? La novela deja al lector inmerso en
la incertidumbre. De hecho el final resulta una continuación, la obra acaba
cuando acaba la noche pero no hay un desenlace al estilo tradicional, las
historias no se cierran, simplemente se detienen porque la cámara se retira cuando
entra en escena la luz solar.
After Dark me ha parecido una buena novela con
la que el autor japonés ha conseguido una vez más atrapar mi atención y
despertar mi curiosidad, gracias a la novedad del enfoque narrativo, a la
fuerza de los personajes, complejos y a la vez tan reales, y a la forma de
narrar, sencilla, ágil y fluida, que invita a deslizarse por entre las páginas de
la novela sin esfuerzo y a buen ritmo.
……….
. Lo
único que puedes hacer es ir viviendo tu vida, ir pasando de hoy a mañana
(pág. 183)
. La
nada significa la inexistencia de las cosas y, por lo tanto, tal vez no haga
falta comprenderla o imaginarla (pág. 204)
. Nuestra
vida no se divide entre la luz y la oscuridad. No es tan simple. En medio hay
una franja de sombras. Distinguir y comprender esos matices es signo de una
inteligencia sana. Y conseguir una inteligencia sana requiere, a su modo,
tiempo y esfuerzo (pág. 230)
Un autor que me gusta mucho y del que hace tiempo que no leo nada. Esta obra no la conocía, me la llevo apuntada. De Murakami me parecen curiosos sus personajes y los tiempos, tan distintos a los de aquí, tan distintos a los estadounidenses...Saludos.
ResponderEliminarTienes razón Ana, los personajes y los tiempos en este autor son diferentes y a mí eso me gusta. Besos
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