viernes, 24 de febrero de 2017

AFTER DARK. Haruki Murakami


Título: AFTER DARK
Autor: Haruki Murakami
Traducción del japonés: Lourdes Porta
Editorial: Tusquets
Colección: Andanzas; 670
Fecha: 2008 (2004)
Páginas: 248
ISBN 978-84-8383-101-4



After Dark  es el cuarto libro que leo de Murakami, después de Tokio Blues, De qué hablo cuando hablo de correr y La biblioteca secreta. Y en todos ellos he observado unas cuantas características comunes, como por ejemplo el ambiente enigmático en que se envuelve la historia, que los personajes principales suelen ser jóvenes solitarios que se debaten internamente con sus miedos y sus frustraciones o que las barreras entre la realidad y la ficción no están demasiado claras.

En esta novela encontramos a Mari que ha decidido pasar la noche fuera de casa, sin dormir. Se encuentra casualmente con Takahashi, un joven músico que la reconoce y ambos comienzan a hablar, primero de la hermana de Mari, Eri Asai y después de ellos mismos. Alrededor de este encuentro surgen otras historias protagonizadas por personajes que viven la noche, como la de una joven prostituta china que ha sido agredida en un hotel dedicado a contactos sexuales, la de Shirakawa, el agresor, la de Kaoru, la encargada de dicho hotel o la de otra chica que trabaja allí.

Sin embargo es la historia que gira en torno a Eri la que dota a la obra del misterio y el surrealismo que la caracterizan. La chica duerme plácidamente en su dormitorio pero nosotros los lectores, de la mano del narrador, nos introducimos en su cuarto y somos testigos de unos hechos extraños que van ocurriendo, como la presencia de un hombre que la observa a través de una pantalla de televisión, o incluso la transmigración del cuerpo de un lado a otro de dicha pantalla.

La novela sumerge al lector en la vida nocturna de una gran ciudad como Tokio y durante una única noche. Comienza cuando ya ha oscurecido y acaba con las primeras luces del día. Cada capítulo está precedido por el dibujo de un reloj que marca la hora exacta en la que acontecen los hechos y que va avanzando conforme avanza la historia. Puebla la novela un abanico de personajes que se mueven bajo el manto de la noche, unos por voluntad propia, otros por trabajo, otros por necesidad, pero todos, excepto Mari, son asiduos del ambiente nocturno, personajes solitarios que buscan el anonimato, músicos que aprovechan las horas de ocio para ensayar, marginados o que se esconden de alguien o de algo y por supuesto aparece la prostitución, la mafia o  la violencia gratuita.

Por otro lado es importante destacar la presencia de otras formas artísticas que contextualizan la historia, como el cine o la pintura, pero sobre todo la música. Ya el título procede de Five Spot After Dark, una composición musical interpretada por Curtis Fuller a la que se hace referencia en la novela. Y es que la obra tiene su propia banda sonora pues cada escena a la que asistimos está enmarcada por una pieza musical concreta o en algunos casos por el silencio más absoluto, el cual no deja de ser parte esencial del arte de la música.

Quizás lo que me ha resultado más novedoso y llamativo sea el enfoque de la novela, el punto de vista desde el que vamos adentrándonos en  la trama. Y es que el narrador actúa como cámara cinematográfica que pone el foco de luz en unos cuantos lugares y personajes, nos cuenta como si viéramos a través de una cámara que va filmando todo, acercando y alejando el objetivo para recorrer diferentes planos de la realidad. Lo mismo nos acerca con un primerísimo plano a observar el más leve movimiento del labio de Eri que nos aleja para ver la ciudad iluminada desde el cielo.

Otro aspecto a destacar es que la voz narradora habla en presente y en plural. El narrador nos incluye a nosotros, los lectores, como  acompañantes en este viaje explorador de la noche.

Nosotros no somos más que una mirada. No podemos, bajo ningún concepto, inmiscuirnos (pág. 189)

Es After Dark una novela enigmática, llena de simbolismo y dudas sin resolver. Los espejos continúan reflejando una imagen ya desaparecida, somos testigos de la existencia de dos lados de una pantalla, el aquí y el más allá, la vigilia y el sueño. ¿Hay realmente una frontera nítida entre el mundo real y el ficticio? La novela deja al lector inmerso en la incertidumbre. De hecho el final resulta una continuación, la obra acaba cuando acaba la noche pero no hay un desenlace al estilo tradicional, las historias no se cierran, simplemente se detienen porque la cámara se retira cuando entra en escena la luz solar.

After Dark me ha parecido una buena novela con la que el autor japonés ha conseguido una vez más atrapar mi atención y despertar mi curiosidad, gracias a la novedad del enfoque narrativo, a la fuerza de los personajes, complejos y a la vez tan reales, y a la forma de narrar, sencilla, ágil y fluida, que invita a deslizarse por entre las páginas de la novela sin esfuerzo y a buen ritmo.

……….

. Lo único que puedes hacer es ir viviendo tu vida, ir pasando de hoy a mañana (pág. 183)

. La nada significa la inexistencia de las cosas y, por lo tanto, tal vez no haga falta comprenderla o imaginarla (pág. 204)

. Nuestra vida no se divide entre la luz y la oscuridad. No es tan simple. En medio hay una franja de sombras. Distinguir y comprender esos matices es signo de una inteligencia sana. Y conseguir una inteligencia sana requiere, a su modo, tiempo y esfuerzo (pág. 230)

2 comentarios:

  1. Un autor que me gusta mucho y del que hace tiempo que no leo nada. Esta obra no la conocía, me la llevo apuntada. De Murakami me parecen curiosos sus personajes y los tiempos, tan distintos a los de aquí, tan distintos a los estadounidenses...Saludos.

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  2. Tienes razón Ana, los personajes y los tiempos en este autor son diferentes y a mí eso me gusta. Besos

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