miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA NUEVA REALIDAD DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS

El acceso a la información y a la cultura a través de las bibliotecas públicas es un servicio fundamental vinculado a los derechos básicos del ciudadano plasmados en nuestra Constitución, por lo que los poderes públicos tienen la obligación de ofrecerlo a la sociedad.
Las bibliotecas públicas a su vez, como parte integrante de esta sociedad, tienen el deber de ir adaptándose a la transformación cultural y tecnológica que venimos observando día a día.
En los siglos XIX y XX uno de los objetivos prioritarios de las bibliotecas públicas era garantizar a  todos los ciudadanos el acceso a la cultura universal, era, digamos, un instrumento para conseguir la igualdad de oportunidades.
Hoy, ya en el siglo XX, las bibliotecas siguen conservando ese más que loable
objetivo, pero la realidad ha cambiado, la información es más accesible a la
población en general, por lo que los bibliotecarios se han especializado además
en ayudar a seleccionar, analizar e interpretar el exceso de información
disponible a la que se enfrenta el ciudadano.
La biblioteca ha de dejar de ser
sólo un edificio donde se lee en silencio y se prestan libros, ha de ir mucho
más lejos, ofreciendo esos servicios pero también convirtiéndose en un centro
social y cultural donde se facilite a los ciudadanos el acceso a la información
y a la cultura tanto a través del papel impreso como de las nuevas herramientas
tecnológicas. Además las bibliotecas se están transformando, a demanda de los
ciudadanos, en lugares de reuniones, de encuentros sociales, de ahí por ejemplo
el éxito generalizado en nuestro país de los clubes de lectura. Hoy es
relativamente fácil acceder a la lectura, pero es más interesante aún compartir
esa lectura, ese acto individual y solitario, con otras personas, con nuestro
entorno y en definitiva, la biblioteca pública tiene la obligación de potenciar
ese enriquecimiento cultural tanto a nivel personal como social.
Otro aspecto importante es que
las bibliotecas están saliendo de los edificios gracias a Internet, a la
difusión de sus servicios fuera del recinto físico, es una forma excelente de
llegar mejor a la sociedad, de satisfacer las necesidades y expectativas de
información, formación, cultura y ocio de los ciudadanos. 

2 comentarios:

  1. Comparto la idea de buscar otra dimensión en las tradicionales bibliotecas. Como hace tiempo que no las frecuento, mantengo la imagen, no sé si también actual, de las que visitaba en mi juventud, sólo para pedir un libro, o para quedarme leyendo en silencio. Ambas necesidades ahora las tengo cubiertas sin salir de casa. Por tanto no voy.

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  2. Lo entiendo perfectamente porque a mí también me pasa. Pero las bibliotecas ya tienen otras muchas utilidades, ya están accesibles desde la casa y no todos tenemos la posibilidad de tener todos los libros, discos, cds, dvds, mapas, planos, fotos y un largo etcétera. No es que cada biblioteca tenga ésto, pero sí pueden redireccionar la búsqueda de material al sitio concreto donde se halle e incluso traérnoslo.
    Además es una realidad la falta de espacio en muchos hogares por lo que se viene observando otra tendencia, que es no almacenar, usar y dejar para otros, una especie de reciclaje.
    Además las bibliotecas son ya también un lugar de ocio.

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