martes, 9 de julio de 2013

CUARTETO PARA UN SOLISTA. José Luis Sampedro, Olga Lucas

Título: CUARTETO PARA UN SOLISTA

Autor: José Luis Sampedro y Olga Lucas
Editorial: Debolsillo
Fecha: 2012
Páginas: 204


Cuarteto para un solista está a mitad de camino entre la novela  y el ensayo. Es una plataforma para la reflexión  a través de alegorías y curiosidades mitológicas y simbólicas que trata el tema del progreso de la humanidad y la actual amenaza que parece sobrevolar el futuro del hombre por el deterioro del medio natural causado por él mismo.

Los cuatro elementos esenciales Agua, Aire, Tierra y Fuego se reúnen y transmiten sus temores y preocupaciones a la humanidad a través de la mente y los posteriores escritos de un viejo profesor (otra representación de quijote al que muchos consideran loco) que vive interno en un sanatorio y que mantiene interesantes conversaciones sobre el tema con el joven doctor que le atiende. 

La historia está contada de una forma bastante peculiar. Podríamos decir que hay dos fuentes de información paralelas, por un lado la parte fantasiosa y alegórica del texto con las conversaciones de los cuatro elementos en sus reuniones y por otro, la parte realista con los comentarios y reflexiones  del profesor, que no es otro que el propio Sampedro, en sus charlas con el doctor.  Ambos debaten y tratan temas como la historia de la cultura europea, la evolución de las religiones y sus dioses, la mitología y su poder sobre la mente humana, el concepto de ciencia frente al de fe, el destino, la escasez de recursos y la necesidad de la sostenibilidad, el valor del dinero  que ha venido a sustituir otros valores más humanos y solidarios…

Es destacable la metáfora de Europa como un árbol que nació en Creta con la cultura minoica, en medio de tres continentes, que ha ido creciendo, evolucionando, decayendo a veces, a través de la historia de las distintas civilizaciones que han ido poblando sus ramas.

Al principio la obra resulta un poco desconcertante a causa de una trama enrevesada que sorprende al lector, ignorante aún de por dónde van a ir los tiros, pero conforme avanzamos en la lectura descubrimos el mecanismo subyacente de esa trama que se desarrolla en muy diferentes lugares y espacios. Una segunda lectura arrojaría mucha más luz sobre el contenido de este relato.

En cuanto a la estructura de la novela hay que decir que se entremezclan y alternan una parte expositiva de las ideas contenidas sobre todo en los diálogos y otra parte descriptiva, con párrafos que dibujan pasajes realmente hermosos donde podemos apreciar  bellas imágenes y  metáforas:

Inesperadamente, en la serenidad del día, con el lago como un espejo, sin nubes, de pronto una suave onda, extrañamente alargada y solitaria, alteró y estremeció la superficie líquida. Le siguieron más rizos suaves y luego cabrilleos como piel cosquillosa. Crecían las ondas, se encrespaban veloces, saltaban, pero ningún viento agitaba los árboles de la orilla. En un corro del lago brotaron crestas de espuma mientras a su alrededor el agua no se movía.

Con esta obra los autores además incitan a elaborar una conciencia crítica a través de la reflexión sobre los peligros que acechan a la naturaleza en el más puro estilo del humanismo de Sampedro, hombre comprometido y lúcido tanto en su obra como en su filosofía de vida.  Sin embargo también hay que decir que no hay nada realmente novedoso en las páginas de Cuarteto para un solista, que no es, ni de lejos, de lo mejor que nos ha dejado el viejo profesor.

Recomendable para lectores que sepan apreciar el valor de una obra que requiere una dedicación atenta, que incita a la meditación y al análisis de la historia desde un punto de vista simbólico y filosófico.

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