viernes, 6 de marzo de 2015

MEMORIAS DE UN CUARENTÓN. Concha Casas Gálvez


Título: MEMORIAS DE UN CUARENTÓN
Autor: Concha Casas Gálvez
Editorial: Alhulia
Colección: Narrativa, 15
Fecha: 2005
Páginas: 261
ISBN 84-96083-80-2
José Manuel Castro, el protagonista de esta novela, nos relata en primera persona sus memorias. Comienza con sus recuerdos de infancia en un pequeño pueblo manchego en los años cincuenta, en la atmósfera de represión y oscuridad propia del franquismo, continúa con las anécdotas más significativas de su adolescencia y juventud y sus conflictivas relaciones familiares para centrarse ya en la segunda parte de la obra en su etapa universitaria en Madrid, el centro neurálgico de los importantes acontecimientos políticos e históricos que tuvieron lugar hacia finales de los sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, cuando la sociedad española se rebelaba contra la intransigencia ya insostenible del régimen opresor y reclamaba con toda su fuerza un cambio político que trajera la libertad y la justicia social al país.
Y es que la novela pretende ser un retrato de una época muy concreta, la de los últimos coletazos de la dictadura franquista en los años previos a la llegada de la democracia. Para conseguirlo la autora se sirve de las vivencias, bastantes pegadas a la realidad histórica que vivieron muchos españoles, de un joven estudiante que vive en sus carnes ese cambio de régimen. Se intercalan así los datos biográficos del personaje con los datos históricos del contexto para ir configurando la trama.
En la novela todo ocurre muy deprisa, pasan muchas cosas en pocas páginas, lo que dota a la obra de una agilidad que hace que se lea muy bien y no deja al lector tiempo para aburrirse. Se abordan temas como la burda y terriblemente injusta discriminación de las mujeres en el contexto de los convencionalismos sociales y en una etapa histórica marcada por el miedo, donde todo era pecado e hipocresía, donde la religión ejercía una descarada intromisión en la vida personal y privada de las personas. Aparece también el tema de los curas obreros, sobre todo en los barrios periféricos de las ciudades, los movimientos revolucionarios de trabajadores y estudiantes y las luchas clandestinas, en este caso del partido comunista.
Sin embargo, desde mi punto de vista la obra falla en el hecho de que queda reducida a una mera exposición de sucesos y anécdotas manidas, donde no falta ninguno de los tópicos y estereotipos inherentes a este período histórico y que todos hemos escuchado relatar alguna vez. Todo lo que nos cuenta la autora resulta demasiado previsible y esperado, más al principio que al final, donde ya toma vigor el tema de la rebeldía y el compromiso de aquellos hombres que dejaron más que la vida en aquel vano empeño de justicia y libertad.
En Memorias de un cuarentón falta originalidad, tensión argumental, magia, sorpresa o conmoción. Tanto el estilo como el lenguaje utilizado resultan demasiado planos, sin artificio literario, y ni siquiera faltan en la publicación algunos errores ortográficos y alguno que otro sintáctico.
Es una novela de andar por casa, que está bien para que ciertas generaciones de españoles rememoren su pasado con nostalgia, o incluso lo compartan con las generaciones venideras, pero como obra literaria, Memorias de un cuarentón, me ha resultado bastante mediocre.

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