Título: LA TIERRA QUE PISAMOS
Autor: Jesús Carrasco
Editorial: Seix Barral
Fecha: 2016
Páginas: 270
ISBN 978-84-322-2733-2
Después de leer Intemperie de Jesús Carrasco, no podía
dejar pasar ésta, su segunda novela, que ha colmado mis expectativas a pesar de
que el listón puesto por él mismo era muy alto.
Esta vez la
historia se sitúa en un escenario ucrónico: la invasión de España por un
imperio europeo a principios del siglo XX. Los invasores se apoderan de la
tierra conquistada despojando a los allí nacidos de su identidad y sus raíces.
Además convierten una comarca de Extremadura en un lugar de retiro para los héroes
jubilados de dicho imperio.
La novela comienza
con la aparición de un enigmático hombre en el huerto del matrimonio invasor
formado por Iosif y Eva Holman. Ésta mujer reconstruirá, a partir de su
escritura, la historia descarnada de Leva, ese hombre abatido y refugiado en su
silencio.
La primera parte
del libro se centra más en destacar el nexo de unión íntimo entre la
tierra y el hombre y se crea un
atractivo enigma en torno a la figura de esos personajes tan bien perfilados.
Sin embargo se nota como una transición un poco forzada hacia la segunda parte,
en la que es inevitable rememorar
mientras se lee, hechos históricos como el nazismo, la Segunda Guerra Mundial o
la Guerra Civil Española, concretamente la terrible matanza de Badajoz y el
tema aún pendiente de las fosas comunes en nuestro país.
Los personajes
poseen una gran fuerza. Iosif, el esposo dependiente de Eva, un ser cruel y
perverso, símbolo del autoritarismo y la violencia desatada se contrapone al
sometimiento y la dejadez de Leva. Y en medio de ellos dos, Eva, un personaje
que va evolucionando a lo largo de la novela hasta ser consciente de su culpa,
de que está en deuda con el hombre que ha invadido su alma, como el ejército
invadió los cuerpos y la tierra de los españoles sometidos a la barbarie y la
crueldad. La historia que ella misma crea le devuelve la humanidad y la empatía
que estaban dormidas en lo más profundo de su ser.
La
tierra que pisamos es una novela con una estructura
narrativa más compleja que Intemperie. Aquí asistimos a un magnífico juego de voces.
Por un lado está la voz narrativa de Eva como personaje que habla en primera persona y nos desvela su pensamiento
y emociones y por otro lado está la voz de Eva como escritora y narradora de la historia
de Leva, esta vez en tercera persona y a veces en segunda, cuando interpela
directamente al personaje principal para que él le confirme o rechace la
reconstrucción de algún pasaje de su vida. Estos cambios de narrador ocurren sin
transición, incluso dentro del mismo párrafo.
¿Y qué decir en
cuanto a la forma? Que contribuye de manera notable al placer que supone leer
esta obra, dividida en ochenta y siete breves capítulos y en la que a cada paso
encontramos frases contundentes y precisas con un rico vocabulario y una prosa
cargada de simbolismo y belleza poética.
La
tierra que pisamos es una novela que recomiendo. Consigue un ritmo
perfecto, que no decae en ningún momento sino que por el contrario va en
aumento a medida que vamos conociendo la terrible historia de un superviviente
apegado a la tierra, que por otro lado es lo único que le queda.
Toma un puñado de tierra, se lo
lleva a la nariz, lo aspira y entrecierra los ojos como si catara un vino.
Otras obras del autor en este blog:
Hola!!
ResponderEliminarMe llama mucho la atención. En cuanto pueda intentaré hacerme con él :)
Un saludo!
Sí, es bueno
ResponderEliminarSaludos
Tengo pendiente la novela anterior, pero esta la apunto también =)
ResponderEliminarBesotes
Ok Shorby, un abrazo
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