Autor: Petros Márkaris
Traducción: Joaquím Gestí y Montserrat Franquesa
Editorial: Tusquets
Colección: Andanzas 650 / 4
Fecha: 2008
Páginas: 365
ISBN 978-84-8383-040-6
El
accionista mayoritario es el quinto título de todos los que
conforman una serie de novelas policíacas del escritor griego Petros Márkaris.
Todas ellas están protagonizadas por el comisario Kostas Jaritos. Los otros
títulos son: Noticias de la noche, Defensa cerrada, Suicidio perfecto,
Muerte en Estambul, Con el agua al cuello, Liquidación
final, Pan, educación, libertad y Hasta aquí hemos llegado.
En este caso el famoso comisario
ha de enfrentarse a los que parecen ser terroristas que acaban de secuestrar el
barco que se dirigía a la isla de Creta y en el que viajaba su única hija junto
a su compañero sentimental.
Al mismo tiempo Jaritos ha
de resolver unos extraños asesinatos cometidos contra personas relacionadas con los medios de
comunicación o más exactamente con el mundo de la publicidad.
Dos historias paralelas unidas
en principio sólo por el hilo conductor del comisario en su doble faceta de
detective y padre de familia. El autor consigue un buen retrato psicológico de
este personaje singular del que destaca su lado humano con referencias
continuas a sus gustos, sus debilidades, sus manías o sus conflictos
interiores, con lo que lo hace más cercano al lector.
Además resulta muy
interesante el contexto en el que se sitúa la acción con referencias al pasado histórico de Grecia y sus
consecuencias en el presente donde no faltan
los personajes que añoran la dictadura y que salieron inmunes de sus
crímenes atroces.
Otro aspecto a destacar es
la mirada crítica a la sociedad griega en la actualidad con continuas
apelaciones al deterioro de la ciudad y a la dejadez después de los Juegos
Olímpicos de 2004, a la caótica circulación en Atenas, o a la idiosincrasia de
los atenienses en general. Todo ello en un tono desenfadado y bien intercalado
en la trama policíaca.
En la obra predomina la
acción como en toda novela negra y está narrada en tiempo presente, pero con un
estilo que se parece más al guión de cine que a la literatura propiamente
dicha. Abundan las escenas repetitivas, los diálogos y las frases cortas sin
redacción, con un estilo casi telegráfico a veces.
A pesar de que es una novela
amena y entretenida que se lee fácilmente y tiene muchos aspectos positivos, no
me he sentido atraída por la historia, no me ha resultado lo suficientemente
atractiva. Ha habido momentos en que me aburría sobre todo por la repetición de
escenas casi idénticas para la resolución de los casos, el informe forense, la
visita a familiares, el resultado negativo de las pesquisas, hasta que es más
bien el azar el que interviene en la resolución de los casos.
Una lectura recomendable
sólo para los amantes del género y de las series policíacas.
Acertada crítica.
ResponderEliminarGraciaaaas
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