Autor: Juan Manuel de Prada
Editorial: Planeta
Colección: Booket, 351
Fecha: 1999 (1998)
Edición: 2ª
Páginas: 326
ISBN 84-08-02840-5
Premio Planeta 1997
Alejandro Ballesteros, un joven profesor universitario, llega a Venecia
para examinar in situ el famoso cuadro renacentista La tempestad del
pintor italiano Giorgione, al que le ha dedicado los últimos cinco años de
estudio. Pero el mismo día de su llegada a la emblemática ciudad, es testigo de
un misterioso asesinato, convirtiéndose así en parte integrante de la investigación
policial. A partir de ahí, el protagonista de la novela se sumergirá en un entramado de asuntos turbios
en torno al mercado del arte, concretamente en el campo de la restauración y la
falsificación.
En el trasfondo de la historia que el escritor nos relata subyace una interesante
reflexión en torno a si las obras de
arte se pueden entender mejor mediante las interpretaciones, a veces rebuscadas,
de los críticos y analistas o su comprensión está emparentada directamente con el
sentimiento, con un impulso religioso, como
afirma Gabetti, otro de los personajes de la obra.
La tempestad me ha parecido una buena novela, con una historia
de intriga muy bien tramada, con una estupenda ambientación en consonancia con el tema y con un final sorprendente. Sin
embargo no es el contenido lo que yo destacaría, a mí lo que más me ha
impactado ha sido la forma en que está contada dicha historia.
Me ha causado gran admiración el uso del lenguaje al servicio de la literatura.
Un lenguaje rico en matices, culto y muy trabajado. Un lenguaje que configura
una prosa que en algunos pasajes roza lo poético y que en todo momento sigue un
ritmo interno buscando la belleza literaria. Encontramos en la novela magníficas
descripciones y abundantes recursos literarios, metáforas evocadoras y adecuadas o
inteligentes y sorpresivas personificaciones, como en los espejos habían dimitido de su función
reproductora o un farol tacaño que albergaba dentro de sí un cementerio
de insectos, por poner solo unos ejemplos.
Sin embargo esta acumulación de recursos ralentiza la acción y puede
causar hastío en algunos lectores. Otro aspecto que no me ha gustado tanto es que
a lo largo de la novela se repiten varias veces las mismas frases descriptivas.
Pero en general La tempestad me ha parecido una gran obra, digna
de admiración, muy recomendable y que demuestra las excelentes dotes narrativas
del escritor vizcaíno Juan Manuel de Prada.
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