viernes, 9 de junio de 2017

GRANDES ESPERANZAS. Charles Dickens

Título: GRANDES ESPERANZAS
Autor: Charles Dickens (1812 - 1870)
Traducción: Manuel Vallvé
Prólogo: Andrés Trapiello
Editorial: Planeta
Colección: Backlist
Fecha: 2008 (1861)
Páginas: 616
ISBN 978-84-08-08131-9

Todo un clásico esta novela decimonónica del gran escritor británico Charles Dickens, autor de Los papeles póstumos del Club Pickwick (1837), Oliver Twist (1838), Canción de Navidad (1843) o David Copperfield (1850) entre otras obras menos conocidas.

En Grandes esperanzas nos cuenta la historia de Pip, un muchacho huérfano, adoptado y maltratado por su hermana con la que convive, junto al marido de esta, el bueno de Joe Gargery. Un día el joven Pip es invitado a la casa de la señorita Havisham, una mujer extraña y misteriosa. Allí conoce a Estella, la joven presumida y altanera de la que se enamora a pesar de los descarados desaires con que lo trata. A partir de entonces Pip desea con toda su alma convertirse en caballero y aparece un benefactor anónimo que hará posible sus expectativas. Pero no todo es tan fácil pues pronto descubrirá el lado turbio y cruel de la sociedad en que ha de desenvolverse y surgen los miedos y las dificultades que conducen al desenlace inesperado de la historia.

En la novela pasan muchas cosas interesantes pero lo que más me ha llamado la atención es la fuerza de sus personajes que son de los que se hacen un hueco en nuestra memoria y parece que los conocemos de toda la vida, es como si traspasaran la ficción para pasar a ser reales. Uno de los más atractivos es el señor Joe Gargery, el herrero y cuñado del protagonista, hombre sencillo y honesto que nunca defrauda y que dotará a la novela de algunos de los momentos más emotivos. Joe es el único capaz de despertar el sentimiento de culpa en Pip, con lo cual nos revela el lado más humano del protagonista.

Por otro lado destacan Estella en su papel de mujer fría y calculadora, la señorita Havisham que aporta elementos fantásticos y misteriosos a la historia o el señor Jaggers, una pieza perfecta del engranaje de la justicia que no entiende de sentimientos ni de intimidades pero sí de conveniencias e intereses ocultos, por citar solo algunos de los muchos y muy interesantes personajes que pueblan la obra.

Grandes esperanzas, como era habitual en su época, fue publicada primero como novela por entregas, de ahí su ritmo ágil y su extensión a pesar de que el tema es bien sencillo: un joven con aspiraciones que habrá de enfrentarse a grandes obstáculos para conseguir su meta y que al final se pregunta si ha merecido la pena.

La novela está narrada en primera persona por el protagonista que nos cuenta su propia historia ya desde la madurez. Es de destacar el estilo sencillo y coloquial con el que se nos presentan los hechos, lo que da lugar a una lectura tranquila y reposada, con la dosis exacta de intriga que consigue  mantener atento al curioso lector que navega por sus páginas sin darse cuenta, de forma natural y amena.

También es digna de mención la maestría del escritor en cuanto a la ambientación de la historia. Así por ejemplo el paisaje húmedo y frío de los marjales, donde la niebla está casi siempre presente es el lugar idóneo para la soledad y el miedo, así como para los fugados de la justicia como el presidiario al que ayuda Pip al principio de la novela. Ese ambiente  oscuro y siniestro también aparece de vez en cuando en ciertos espacios de la ciudad y en conjunto logra impregnar la novela de cierta tristeza y desasosiego.  

Por otro lado también están muy presentes en la narración la ironía y el sentido del humor, como por ejemplo cuando Pip describe la imagen patética que presenta Joe en el momento en que este se ha arreglado para la ocasión de ir a visitar a su amigo a la ciudad.

En fin, una interesante novela a pesar de que quizás le sobren algunas páginas y a pesar también de que, al menos en la edición que yo he manejado, se observan algunas incorrecciones en la traducción. Pese a todo como digo Grandes esperanzas comparte la grandeza de las buenas obras literarias  que consiguen reflejar el comportamiento humano universal, que logran que el lector se identifique o al menos empatice con ciertas características psicológicas de los personajes. Sí, es una buena novela como ya se ha encargado de corroborar el paso del tiempo que no ha logrado borrar su huella en la historia de la Literatura. Y es que ya sabíamos que Dickens siempre es una buena elección.  

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