miércoles, 21 de noviembre de 2012

QUE EMPIECE LA FIESTA. Niccolò Ammaniti


La novela gira en torno a una gran fiesta que se celebra en Villa Ada, un inmenso parque público de Roma que, gracias al poder del dinero, ha pasado a manos del multimillonario Sasà Chiatti. A dicha fiesta de la opulencia y el derroche más absoluto están invitadas todas las personalidades  relevantes del momento, políticos, poderosos empresarios, modelos, presentadores de televisión, cirujanos de élite, famosos escritores, magnates del mundo de la cultura, cantantes de moda, futbolistas mediáticos…

Ese es el escenario elegido por  el autor para ofrecernos una historia divertida que,  a su vez, es una versión satírica de la naturaleza humana, de las debilidades e hipocresía y también de la heroicidad del ser humano ante situaciones sobrevenidas.

 Ammaniti nos muestra dos modelos de comportamiento que son los ejes centrales sobre los que se monta toda la trama, un modelo es el representado por el famoso  escritor Fabrizio Ciba y el otro el representado por el líder de una secta satánica, Saverio  Moneta, alias Mantos y sus amigos. En torno a ellos se desarrollan una serie de situaciones cómicas y delirantes que nos abocan a la sonrisa permanente a lo largo de la historia.

Fabrizio es el típico escritor de éxito mediático, idolatrado por sus fans (algunas de ellas ni siquiera ha leído sus libros) pero que sólo despierta indiferencia en los círculos de la más seria crítica literaria. Es un personaje muy bien construido, presumido, egocéntrico, materialista, que se ha forjado una imagen de sí mismo que es la que desea mostrar al público. En él y el mundo en que se mueve todo gira en torno a las apariencias, a la imagen, por lo que a veces duda, y él mismo se pregunta ¿a qué debo más mi éxito, a mis libros o a mis apariciones de televisión?  La respuesta está clara.

El contrapunto al escritor es Mantos, un pobre hombre, anónimo, sin ningún éxito con las mujeres, un fracasado en  el trabajo, en las relaciones sociales y en todo. Su proyecto de vida va unido a la secta satánica de la que es líder, pero dicha secta no es más que una caricatura de lo que debería ser.  Mantos  aspira a pasar a la historia gracias a la crueldad perpetrada  por  las acciones satánicas de las Bestias de Abadón.

En la segunda mitad de la novela se acelera la acción y los hechos desencadenan unas situaciones  ridículas, incongruentes, absurdas, dignas de lo mejor de la literatura cómica que,  sin embargo, sirven a la novela como un magnífico instrumento para el análisis más profundo y la crítica social de la opulencia y el despilfarro de la sociedad materialista en que nos desenvolvemos en la actualidad.

Que empiece la fiesta  es una novela divertida, entretenida y a la vez crítica, de las que se leen de un tirón, sin darte cuenta. Te hace pasar un buen rato, y eso se agradece, sobre todo si se  hace con ingenio y mucho sentido del humor como en este caso.

Totalmente recomendable.

 

 

 

 

 

 

 

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