martes, 12 de febrero de 2013

SEÑORITA. Juan Eslava Galán


Estamos ante una historia de amor y espionaje con un telón de fondo de ambientación bélica, en dos escenarios, la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. Y sin embargo Eslava Galán pasa por ambas guerras como de puntillas, contando sólo lo anecdótico, sin involucrarse para nada en los acontecimientos realmente importantes, pues en la novela lo fundamental es la historia de amor entre una joven andaluza y pobre y un piloto de la aristocracia alemana.

La novela arranca desde tres escenarios totalmente distintos y distantes para presentarnos a los tres personajes principales: En Sevilla conoceremos a Carmen; en Starken, Prusia Oriental, al piloto Rudolf Von Balke y en Moscú a Yuri Antonov. Estos tres protagonistas princiales confluirán al final de la novela.

En cuanto al argumento y resumiendo mucho, diremos que Alemania aprovecha la Guerra Civil Española en su propio beneficio, para probar el funcionamiento de su nuevo modelo de avión, el Stuka. Desde Moscú se intenta averiguar los secretos de dicho modelo y para ello instruyen, a través del piloto amante de la agricultura, Antonov, a la joven Carmen como espía para que se acerque a Balke.
Surge la amistad entre el ruso y la sevillana y el amor entre el alemán y Carmen

Señorita es una obra muy bien documentada, tanto en el aspecto histórico como en el aspecto técnico con gran cantidad de información sobre Aeronáutica, concretamente sobre las técnicas de vuelo del modelo Stuka y es precisamente en estos pasajes de descripciones detalladas, donde la lectura se me ha hecho un poco pesada.

En general me ha parecido una buena novela aunque no especialemte destacable. Me ha resultado amena y entretenida aunque también poco creíble en algunos aspectos como, por citar un ejemplo, en el caso de que el gobierno ruso confiara en una joven sin formación para sus secretas misiones de espionaje y lo rápido que ella aprende nada menos que de técnicas de vuelo de aviones de guerra y se convierte en una mujer que no es.

Ya llevo leídas unas cuantas obras de Eslava Galán y en ésta, como en las demás, también está muy presente su peculiar sentido del humor que impregna de sencillez, cotidianeidad y sabiduría popular toda la trama, que convierte una escena dramática en un escenario propicio para la sonrisa y para la risa.
EL autor es experto en sacar lo más humano y socarrón de los personajes de sus novelas y conseguir hacérnoslos más cercanos y queridos. Recordemos por ejemplo la escena de la lectura de los nombres de los milicianos seleccionados, cuyos primeros apellidos coinciden con nombres de pueblos jiennenses y los segundos con palabras tan “de pueblo” como Repollo o Matojo; o sobrenombres como la marquesa de "Pingüesarcas".

Otras veces aparece en la novela el Eslava Galán más serio, como cuando pone en boca de Yuri Antonov el siguiente párrafo, refiriéndose a Rudolf como prototipo del militar de guerra que anhela su propio lucimiento y conseguir medallas: "ese hombre pertenece a una antigua especie, una especie que habría que exterminar de la faz de la Tierra, la especie que cree que el único aliciente de la vida es la guerra. Para la gente como él, la guerra es un juego sin el cual no podrían vivir. Se ponen al servicio de los privilegiados, de unos pocos, se inventan patrias, trazan fronteras, provocan conflictos y su único fin es la guerra."

También he notado cierta crítica soterrada a hechos y personas como por ejemplo a Santiago Carrillo cuando el autor le hace decir:"...toda solución que no sea la República, todo lo que no sea el restablecimiento de la Constitución del 31, será una estafa para salvar la reacción y el fascismo, será un intento para engañar de nuevo al pueblo español", algo que de sobra sabemos que no ocurrió.


Novela muy recomendable para pasar buenos ratos de lectura con risas garantizadas.

Editorial Planeta

Año 1998

Premio de Novela Fernando Lara 1998

ISBN: 84-08-02823-5

Depósito Legal. B-52.077-1998

448 páginas


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