Estamos
ante una historia de amor y espionaje con un telón de fondo de
ambientación bélica, en dos escenarios, la Guerra Civil Española y
la Segunda Guerra Mundial. Y sin embargo Eslava Galán pasa por ambas
guerras como de puntillas, contando sólo lo anecdótico, sin
involucrarse para nada en los acontecimientos realmente importantes,
pues en la novela lo fundamental es la historia de amor entre una
joven andaluza y pobre y un piloto de la aristocracia alemana.
La
novela arranca desde tres escenarios totalmente distintos y distantes
para presentarnos a los tres personajes principales: En Sevilla
conoceremos a Carmen; en Starken, Prusia Oriental, al piloto Rudolf
Von Balke y en Moscú a Yuri Antonov. Estos tres protagonistas
princiales confluirán al final de la novela.
En
cuanto al argumento y resumiendo mucho, diremos que Alemania
aprovecha la Guerra Civil Española en su propio beneficio, para
probar el funcionamiento de su nuevo modelo de avión, el Stuka.
Desde Moscú se intenta averiguar los secretos de dicho modelo y
para ello instruyen, a través del piloto amante de la agricultura,
Antonov, a la joven Carmen como espía para que se acerque a Balke.
Surge
la amistad entre el ruso y la sevillana y el amor entre el alemán y
Carmen
Señorita
es una obra muy bien documentada, tanto en el aspecto histórico como
en el aspecto técnico con gran cantidad de información sobre
Aeronáutica, concretamente sobre las técnicas de vuelo del modelo
Stuka y es precisamente en estos pasajes de descripciones detalladas,
donde la lectura se me ha hecho un poco pesada.
En
general me ha parecido una buena novela aunque no especialemte
destacable. Me ha resultado amena y entretenida aunque también poco
creíble en algunos aspectos como, por citar un ejemplo, en el caso
de que el gobierno ruso confiara en una joven sin formación para sus
secretas misiones de espionaje y lo rápido que ella aprende nada
menos que de técnicas de vuelo de aviones de guerra y se convierte
en una mujer que no es.
Ya
llevo leídas unas cuantas obras de Eslava Galán y en ésta, como en
las demás, también está muy presente su peculiar sentido del humor
que impregna de sencillez, cotidianeidad y sabiduría popular toda la
trama, que convierte una escena dramática en un escenario propicio
para la sonrisa y para la risa.
EL
autor es experto en sacar lo más humano y socarrón de los
personajes de sus novelas y conseguir hacérnoslos más cercanos y
queridos. Recordemos por ejemplo la escena de la lectura de los
nombres de los milicianos seleccionados, cuyos primeros apellidos
coinciden con nombres de pueblos jiennenses y los segundos con
palabras tan “de pueblo” como Repollo o Matojo; o sobrenombres
como la marquesa de "Pingüesarcas".
Otras
veces aparece en la novela el Eslava Galán más serio, como cuando
pone en boca de Yuri Antonov el siguiente párrafo, refiriéndose a
Rudolf como prototipo del militar de guerra que anhela su propio
lucimiento y conseguir medallas: "ese
hombre pertenece a una antigua especie, una especie que habría que
exterminar de la faz de la Tierra, la especie que cree que el único
aliciente de la vida es la guerra. Para la gente como él, la guerra
es un juego sin el cual no podrían vivir. Se ponen al servicio de
los privilegiados, de unos pocos, se inventan patrias, trazan
fronteras, provocan conflictos y su único fin es la guerra."
También
he notado cierta crítica soterrada a hechos y personas como por
ejemplo a Santiago Carrillo cuando el autor le hace decir:"...toda
solución que no sea la República, todo lo que no sea el
restablecimiento de la Constitución del 31, será una estafa para
salvar la reacción y el fascismo, será un intento para engañar de
nuevo al pueblo español", algo que de
sobra sabemos que no ocurrió.
Novela
muy recomendable para pasar buenos ratos de lectura con risas
garantizadas.
Editorial Planeta |
Año 1998 |
Premio de Novela Fernando Lara 1998 |
ISBN: 84-08-02823-5 |
Depósito Legal. B-52.077-1998 |
448 páginas |
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