Título: EL GRUPO DE
LECTURA
Autor: Elizabeth Noble
Traducción: Camila Batlles
Editorial: Roca
Fecha: 2005
Páginas: 573
ISBN
84-96284-73-5
El
grupo de lectura es la primera novela de la autora
británica Elizabeth Noble, fue publicada en 2005 y nos cuenta la historia de
cinco mujeres de mediana edad, de clase media alta en la sociedad londinense de
la época actual. Todas conforman un club de lectura que se reúne una vez al mes
para comentar un libro que han elegido y leído previamente. Sin embargo a lo
largo de las páginas el lector va apreciando que lo de menos es la lectura
elegida sino que la autora se centra en contarnos la vida de cada una de las
protagonistas, sus relaciones personales y familiares, sus opiniones y sus diferentes enfoques para afrontar los
problemas cotidianos.
El libro, a pesar de
sus 573 páginas, resulta ameno y de fácil lectura, gracias sobre todo al
predominio del diálogo sobre las descripciones, que brillan por su ausencia, y
gracias al uso de un vocabulario básico, sencillo y cercano, sin ninguna
pretensión estilística elaborada. No llega a ser literatura de alto nivel, entraría más bien en
la categoría de entretenimiento, sin ningún interés desde el punto de vista
literario.
Si bien al principio la
obra despertó mi curiosidad, conforme avanzaba en su lectura la decepción ha
ido en aumento. En realidad fue el título lo que en un primer momento llamó mi atención,
pero mis expectativas no se han cumplido.
Esperaba encontrar una historia donde el argumento girara en torno a un
club de lectura, a su funcionamiento, a su interés y me he topado con una
novela donde la existencia del club sólo es el medio, el eje que estructura la
novela y a través del cual la autora nos acerca a los personajes, por otro
lado, anodinos y totalmente convencionales.
En El grupo de lectura encontramos muchos temas, pero si nos fijamos detenidamente
observamos que todos giran en torno a lo que la autora presupone que interesa a
las lectoras, porque el libro parece estar pensado para un público femenino: la
maternidad, las relaciones de pareja, el aborto, el embarazo en las
adolescentes, el cuidado de nuestros mayores…, “temas muy femeninos” dirán
muchas lectoras, pero en mi opinión éste es precisamente uno de los defectos de
la obra: los temas están tratados desde un punto de vista unilateral como si
sólo existiera un modelo válido de mujer, como si todas las mujeres fuéramos
iguales y pensáramos igual, nada más lejos de la realidad.
A su favor hay que
decir que esta recopilación de vivencias de mujeres en algunos momentos consigue
la identificación de las lectoras con los sentimientos y emociones referidos en
sus páginas, sin embargo no pasa de ser una más de tantas novelas plagadas de convencionalismos.
Bajo una apariencia de
sencillez y naturalidad subyace un peligroso mensaje subliminal cargado de
tópicos y estereotipos machistas tales como que la felicidad de una mujer va
unida irremediablemente a la maternidad (caso de Clare, que se ve obligada a alejarse
de su entorno para buscar a los “hijos” que no puede tener), o como que a todas
las mujeres les encanta ir de compras, o como que si abortas o llevas a tu
madre a una residencia de ancianos después tendrás que expiar tu pecado con remordimientos
que no te dejarán en paz, o como que es de vital importancia el orden o
desorden de la casa (Nicole - Harriet) comparándose unas a otras continuamente
y en una especie de rivalidad perjudicial, “qué guapa”, “qué delgada”, “qué
suerte con ese marido tan perfecto”.
Y ya para rematar la
faena, en la páginas finales de la novela aparece un diálogo desafortunado que acaba
por completo con la posible consideración positiva que pudiera tener sobre la
novela en general y su autora. Una de las protagonistas dice, en un intento por
hacer una gracia:
-
¿Es
que nos estamos convirtiendo en un grupo de lectura feminista? Porque en tal
caso, quiero dejar constancia de que a mí me gustan los hombres. Casi todos.
Algunos más que otros, lo confieso, pero en principio estoy a favor de ellos.
-
Yo
también. Y no pienso afeitarme la cabeza, lucir monos de trabajo y citar a
Germaine Greer.
Si esta teoría hubiese
estado refutada por otro personaje, estaría bien, pero la autora deja ese
mensaje injusto e ignorante en el aire, así, sin rechazar, lo que da una idea
de su propio concepto totalmente errado de lo que significa el movimiento feminista.
¡Nada más lejos del
feminismo que esta novela conservadora y reaccionaria!
Por todo lo expuesto
concluyo con la no recomendación de esta novela que aun siendo ligera y
entretenida también es superficial en el
tratamiento de los temas y los personajes. Es una lectura de las que se olvidan
en cuanto se depositan en la estantería. No profundiza, no remueve conciencias,
no revoluciona los pensamientos, no incita a la reflexión, no hay confrontación
de ideas, es decir carece de todo lo que hace que una lectura sea de calidad y
valga la pena.
¡Vaya¡, por tu comentario de la obra parecería que te has topado con una loba machista envuelta en piel de cordero feminista. No parece muy atractivo el libro, llevas razón. Puestos a ser machista es preferible un hombre, es más natural. Saludos.
ResponderEliminarHola don Lope, me alegra ver tu comentario. ´
ResponderEliminarEs que me cabrea un poco que se considere que todas las mujeres somos iguales, que a todas nos gusta lo mismo, que a todas nos interesan los mismos temas... Eso es falso, cada mujer es un mundo, como cada hombre. Es injusto que se nos encasille en un modelo de mujer único, que es lo que he visto en esta novela.
Yo prefiero las historias que me muestran la diversidad y riqueza del ser humano, sea hombre o mujer, eso es lo de menos. Por eso me ha gustado el tratamiento de las mujeres en los relatos que hemos leído de Alice Munro, porque en ellos se retrata a mujeres distintas, no prediseñadas por los tópicos, mujeres que se saltan las normas, que nos sorprenden y para mí la literatura tiene mucho que ver con la novedad, la provocación y el remover las conciencias.
Saludos.
Llevas razón en cuanto a la superación de los tópicos, del ideal romántico de la mujer, o de la mujer tradicional sumisa de su marido y devota de su familia. Pero las mujeres de Alice Munro no me parecen distintas sino naturales, o en todo caso valientes, porque aún viviendo en los papeles tradicionales de la mujer, esposa y madre fiel, joven casadera, o muchacha sumisa a la autoridad paterna, saben rebelarse y responder a sus ansias de felicidad, aunque puedan equivocarse. Si lo que la autora pretende es provocar y remover las conciencias de mentes pacatas está bien pensado. A mi esas mujeres protagonistas no me escandalizan, sí las veo cargadas de humanidad, porque humano es ese afán por buscar la felicidad, por salir de la rutina, por rebelarse ante la opresión, aunque se tropiece en el camino, o se fracase finalmente. Yo creo que lo que da sentido a la vida no es ser feliz sino desearlo.
ResponderEliminarMaravillosa tu página, me quedo disfrutando compañera.
ResponderEliminarBesos
Tienes mucha razón don Lope de Sosa y qué bien te explicas. Me encanta esa frase final: lo que da sentido a la vida no es ser feliz sino desearlo.
ResponderEliminarGracias elena clásica por tu visita y por tu comentario. Besos
ResponderEliminarestoy terminando de leerlo y aunque no lo empecé con mucha convicción,no me está resultando pesado;de todo libro se aprende y de este no se puede decir menos,cierto es todo lo que dices,es lo mismo que me está pareciendo,pero si lo dijera un hombre se le echaría alguna mujer encima....en la obra ,salvo "Gavin" los hombres quedamos en bastante buen lugar y las mujeres protagonistas a la contra parecen no estar conformes con nada de lo tienen en torno suyo
ResponderEliminarMe alegro haber encontrado tu pág....¡Hay tantas! que no sabes en cual parar.
Me hago seguidor y te invito a que me visites en :abrazodelibro.
Besos.
Hola Moroz, bienvenido, estás en tu casa. He visitado tu blog y me ha parecido estupendo, me pasaré por él de vez en cuando con tu permiso.
ResponderEliminarUn abrazo