viernes, 12 de junio de 2015

EL MÉDICO DE ESQUILACHE. Pedro Corral

Título: El médico de Esquilache
Autor: Pedro Corral
Editorial: El Aleph Editores

Colección: Modernos y clásicos de El Aleph, 349

Fecha: 2011

Páginas: 141

ISBN 978-84-15325-01-7

El joven médico siciliano Gesualdo Boncompagni, al servicio del marqués de Esquilache en la Corte de Carlos III, relata su viaje por tierras del norte de España en compañía del cirujano de la zona, León de Bores. Su misión consiste en difundir la práctica de la cesárea a mujeres muertas embarazadas con el fin de salvar la vida, o al menos el alma, de los no nacidos.

Sin embargo el argumento desde muy pronto da un giro y la mayor parte de la obra pasa a centrarse en las aventuras y desventuras en las que se verán involucrados los dos médicos. Habrán de resolver un misterioso caso de asesinatos y muertes violentas cometidas, según las creencias de las gentes del lugar, por un monstruo deforme nacido precisamente de madre muerta que, cuenta la leyenda, él mismo asesinó estando aún dentro de su vientre.

Resulta curiosa y llamativa para el lector actual la gran cantidad de anécdotas e historias insólitas de seres fantásticos que se relatan en la novela como parte de las creencias populares de la época, todas ellas basadas en la superstición, alimentadas por la ignorancia y el desconocimiento ante ciertos sucesos inexplicables a la luz de la razón y por lo tanto interpretados mediante la imaginación y la fantasía desbordada.

Por otro lado e imbricada con la principal aparece la historia de amor del joven protagonista y doña Beatriz, en la que se sigue fielmente el esquema del cuento clásico con final feliz donde la joven desvalida es rescatada por el valiente caballero, se enamoran y todo acaba felizmente.

Desde mi punto de vista uno de los aspectos más interesantes de la novela es la puesta en escena del antagonismo y la lucha continua entre la ciencia y la ficción en pleno siglo de las luces, cuando la fuerza de la razón se ha de abrir paso poco a poco ante el oscurantismo y la superstición de la época. Los dos viajeros actúan aquí como los representantes y transmisores de los avances científicos que van desmontando mitos y leyendas transmitidas de boca en boca sin ninguna base científica.

El narrador es a la vez el protagonista de la novela, que se dirige en primera persona al marqués de Esquilache en una larga carta, en la cual lo primero que llama la atención del lector es el hecho de que cada uno de los doce capítulos que conforman la obra sea un párrafo único, un bloque narrativo compacto, sin diálogos, sin puntos y aparte.

Otro de los logros del escritor es el uso de un lenguaje elaborado, elegante y culto que pretende reflejar fielmente el estilo y la retórica propia de un ilustrado perteneciente a la Corte del rey en la segunda mitad del siglo XVIII.

El médico de Esquilache comienza con un tema atractivo y novedoso que despierta el interés del lector desde el principio, lástima que la historia se desvíe luego por los derroteros más convencionales y trillados de la novela de aventuras con trasfondo amoroso. De todas formas El médico de Esquilache es una obra interesante, sencilla y amena, capaz de proporcionar buenos momentos de lectura agradable y entretenida.

Nota: Como colofón de lujo a la lectura de esta novela, el escritor y autor Pedro Corral tuvo el detalle de recibirnos en el Palacio de Cibeles de Madrid donde mi grupo de lectura y yo misma pudimos disfrutar de un grato encuentro el 6 de junio de 2015.
Desde aquí quiero agradecerle su disponibilidad y amabilidad y avisarle de que le seguiremos la pista en sus próximas publicaciones.

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