martes, 5 de enero de 2016

LA GUERRA CIVIL CONTADA A LOS JÓVENES. Arturo Pérez - Reverte


Título: LA GUERRA CIVIL CONTADA A LOS JÓVENES
Autor: Arturo Pérez - Reverte
Ilustrador: Fernando Vicente
Editorial: Alfaguara
Fecha: 2015
Páginas: 142
ISBN 978-84-204-8280-4

La versión que Arturo Pérez–Reverte presenta a los jóvenes sobre la Guerra Civil Española se caracteriza por la concisión. El libro está estructurado casi esquemáticamente en treinta capítulos de sólo una página cada uno, que pretenden relatar los  acontecimientos más significativos de esta etapa trágica de la Historia de España. Cada uno de estos textos va acompañado de una magnífica ilustración de Fernando Vicente alusiva al tema tratado. Además la publicación cuenta con un prólogo y unos anexos: un glosario de términos, una cronología, imágenes sobre las vestimentas y uniformes de cada uno de los dos bandos enfrentados y cuatro mapas sobre el avance de las conquistas de los rebeldes.

En el libro se abordan temas como los orígenes del conflicto armado, la sublevación militar, el éxodo y el exilio de miles de españoles, la participación de potencias extranjeras, las más importantes batallas, la situación en las retaguardias, la represión vengativa hacia las mujeres o el retorno a la democracia una vez muerto el dictador.

La guerra civil contada a los jóvenes se configura a través de unas pinceladas históricas sobre las que se reconstruye cronológicamente lo que ocurrió durante la contienda fratricida que enfrentó a unos españoles contra otros. El autor se ha visto obligado a elegir unos acontecimientos y silenciar otros en aras de una deliberada brevedad, y lo que él ha considerado más relevante no siempre se corresponde con los hechos decisivos que realmente marcaron el devenir de los acontecimientos. Por ejemplo  se nos cuentan algunos episodios anecdóticos que han sobrevivido, por imposición premeditada del bando vencedor, en la memoria colectiva, como la resistencia de los militares rebeldes en el Alcázar de Toledo y en el Santuario de la Virgen de la Cabeza en Andújar o como el conocido caso de Unamuno. Y sin embargo se pasa de puntillas por el sacrificio y la heroicidad cotidiana de miles y miles de españoles anónimos que dieron su vida por defender la legalidad y el resultado democrático de las urnas.

Es verdad, como afirma el autor, que en las guerras no hay buenos ni malos y que en ambos bandos hubo héroes y víctimas inocentes. La realidad es mucho más compleja, el desenlace de la historia se alimenta de múltiples causas y son muchos los factores que lo determinan pero en este caso concreto se evidencia un silencio preocupante sobre algunos aspectos fundamentales. Así se trata el tema de los desórdenes sociales bajo el régimen republicano sin resaltar sus importantes logros en relación a la educación, la alfabetización de las clases populares o los derechos de las mujeres.

Ni siquiera se expone claramente y sin excusas que el verdadero detonante del origen de la guerra civil fue un golpe de estado de una parte del aparato militar, levantado en armas contra un gobierno democráticamente elegido por los españoles en las urnas. Ni que la guerra se prolongó porque los militares sublevados encontraron una heroica resistencia de las clases trabajadoras a doblegarse a los intereses de los poderosos, impuestos a golpe de violencia pura y dura. Es necesario decir que sí hubo responsables directos del inicio de la guerra, que sí hubo una represión premeditada y brutal ejercida desde el poderoso aparato del estado de los vencedores sobre los vencidos una vez acabada la contienda y que sí que hubo reparación pero sólo para uno de los dos bandos enfrentados, entre otras cosas. Y de nada de eso se nos habla en esta versión light del conflicto armado donde se nos presenta la guerra como algo inevitable, donde todos fueron culpables y víctimas. Pero no es lo mismo levantarse en armas contra la legalidad que luchar por defender lo que el pueblo ha decidido en las urnas.

Los grandes terratenientes, la Iglesia y las clases sociales privilegiadas nunca aceptaron la democracia, nunca vieron con buenos ojos que el poder de decisión residiera en el pueblo llano. Se mantiene un gran silencio en el hecho de que la República pretendiera privar de sus privilegios milenarios e injustificados a la poderosa oligarquía, pretendiera limar las diferencias y luchar contra la pobreza extrema y el analfabetismo de la gran masa de trabajadores asalariados, contra la incultura y las extremas desigualdades sociales. Y si se nos oculta esto se nos está contando una verdad a medias.

En mi opinión estamos ante una interpretación plana y más acorde con la versión tradicionalmente ofrecida por el bando vencedor que con los hechos objetivos a pesar de que Pérez – Reverte ha puesto de manifiesto su noble intención de contar lo ocurrido desde un punto de vista imparcial.

El objetivo esencial de esta publicación de llegar a los más jóvenes con el fin de que se acerquen a la Historia, porque es bueno para ellos y porque es necesario para conservar la memoria colectiva, dice mucho de la generosidad del escritor y le honra por lo que cuenta con mi más sincero respeto aunque he de decir que no comparto la selección subjetiva de unos acontecimientos históricos en detrimento de otros. Me parece artificial la equiparación de hechos en uno y otro bando con el único fin de hacer tabla rasa y decir que todos fueron igual de culpables e igual de víctimas, algo que no es cierto como ratifican numerosos y prestigiosos historiadores que han publicado trabajos concienzudos sobre este periodo negro de la historia de nuestro país.

A pesar de todo lo dicho, recomiendo la lectura de esta obra para los jóvenes como una buena manera de estudiar historia, pero siempre y cuando vaya acompañada y asesorada por alguien con el suficiente conocimiento e imparcialidad para servir de guía, despejar dudas y aclarar conceptos.

Además la obra ya merece la pena sólo por las excelentes ilustraciones de Fernando Vicente sin las cuales el libro no sería el mismo, perdería gran parte de su esencia. Dichas ilustraciones son dignas de admiración y explican mediante imágenes sobrecogedoras lo que ocurrió. Recuerdan el estilo de los carteles de propaganda política de la época y me parece muy acertado el predominio de colores desvaídos y tristones y los tonos azulados empleados,  muy en sintonía con el dolor y la oscuridad que marcaron a varias generaciones de españoles durante y después de este episodio negro de la historia de España.


3 comentarios:

  1. Hola, Sofía. Gracias por pasarte por aquí. Claro que visitaré tu blog.

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  2. buenísima reseña!!!

    soy nueva en este mundillo blogger, te invito a visitar mi blog:)
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