Autor: Jesús Carrasco
Editorial: Seix Barral
Fecha: 2013
Páginas: 221
ISBN 978-84-322-1472-1
El argumento de
esta novela no puede ser más sencillo y escueto, nos cuenta la fuga desesperada
de un niño que tendrá que aprender a sobrevivir en una solitaria llanura en época de sequía. En su deambular fugitivo por el páramo encuentra
fortuitamente a un viejo cabrero que lo acompañará en su desesperación.
Intemperie
es también, en cierto sentido, una novela de superación personal, de maduración,
como bien reflejan estas palabras extraídas de la obra.
La intemperie le había empujado
mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida. Le había
llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo de
terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello. Sentía que
había bebido la sangre que convierte a los niños en guerreros y a los hombres,
en seres invulnerables.
Los personajes son
escasos pero bien perfilados y contundentes y actúan como el verdadero armazón
de la historia. El protagonista es el niño que escapa de su casa y de su
familia y aunque no sabemos exactamente cuál es el motivo, lo podemos
fácilmente intuir gracias a las pistas que el autor va esparciendo a lo largo
de las páginas del relato. Luego está el viejo pastor, callado y hermético como
el campo, otra incógnita que se convierte en el transmisor intuitivo de una sabiduría
primitiva y rústica. El tercer personaje importante es el alguacil, el
perseguidor implacable y tirano que, acompañado de sus ayudantes, es el
contrapunto de esta brutal historia.
Por otro lado es
esencial para la configuración de la novela, y tan importante como los personajes, el papel representado por el paisaje natural en que se desarrolla.
Intemperie es un título muy acertado
para la obra porque sugiere lo que hallamos en el interior, un mundo rural duro
y austero, donde se imponen las leyes de la Naturaleza, una
naturaleza que aquí se nos presenta en su versión inhóspita y
despiadada.
Otro de los
aspectos atractivos de la novela de Jesús Carrasco es el manejo de la elipsis, tanto
en la forma como en el contenido. En la forma porque no hay referencias
toponímicas ni temporales que nos permitan ubicar la novela con precisión, ni
siquiera conocemos los nombres de los personajes. En el contenido, porque la
información es sustituida muy hábilmente por la suposición, la sugerencia en
torno a lo que rodea a la espina dorsal de la historia, nada sabemos del motivo
exacto de la huida, de la vida anterior del pastor o de las relaciones precedentes
de éste con el representante de la autoridad. Es todo un logro de la novela el
hecho de que el silencio sea tan elocuente o más aún que las palabras.
Austeridad en el fondo y en la forma, reforzada con una intencionada escasez de
diálogos y de acción.
Sin embargo a pesar
de la desnudez de la trama, a pesar de que no hay acción y de que el ritmo es
más bien lento, el argumento consigue atrapar la atención del lector y
despertar su curiosidad.
El autor se vale de
un estilo narrativo sin adornos ni artificios, que huye de lo superfluo, un
estilo sobrio y poético donde predominan las frases cortas y precisas y sin
embargo cargadas de significado, donde no se nombra directamente sino que se
sugiere de forma sutil.
La visión que el muchacho tenía
de la llanura desde aquella sombra miserable se volvió acuosa. Las leves
ondulaciones del terreno, los restos de la acequia y las montañas a las que se
dirigían se deformaron en sus ojos.
También es
importante la riqueza del vocabulario empleado, con abundancia de términos precisos,
propios del mundo rural en general y de la ganadería en particular.
Intemperie
es una gran novela que cala en el lector. El autor ha conseguido
entretejer una historia muy bien contada, con fuerza y realismo, gracias entre
otras muchas cosas, a la ya citada perfecta simbiosis entre la forma y el fondo.
Todo un ejemplo de buena literatura que enriquece y hace grande este
arte de la narración.
Otras obras del autor en este blog:
Me lo apunto a pendientes. Tenía ganas de leer a este hombre y me lo has traído al recuerdo. Suena interesante lo que cuentas y me gusta cómo lo haces.
ResponderEliminarSi te parece bien puedes visitarme.
He abierto nuevo blog, de clásicos antiguos y modernos, y bueno, se agradecen las visitas.
http://leerclasicos.blogspot.com.es/
un saludo
Rubén
Pues sí, he visto tu blog y me ha gustado. De hecho, lo he agregado a mi lista de favoritos y lo visitaré de vez en cuando.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y saludos
Ya lo habíamos leído las dos, a mí me gustó, aunque recuerdo que me dejó un regustillo al final, esperaba otra cosa aunque lo leí con avidez, hasta terminarlo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por este lujo de comentarios que haces!
¡Te deseo un feliz verano!
Un abrazo.
A mí el final me gusta con esa lluvia cargada de esperanza. Feliz verano también para ti Marina. Besos
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